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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos para leer VI-A

Cuentos para leer VI-A

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El barbero y el niño. Para leer

Cuentos para leer VI-A. Un niño entra en una barbería y el barbero susurra a su cliente:  – Fíjese bien, le voy a demostrar que acaba de entrar el niño más tonto del mundo.  El barbero se acerca al niño y extiende sus manos: en una tiene un billete de 5 euros y en la otra, dos monedas de 1 euro. Entonces, el barbero le dice: – A ver, ¿cuál prefieres?  Y el niño, sin dudar, agarra los dos euros y se va corriendo. El barbero comienza a reír y dice a su cliente.  – ¿Qué te dije? ¡Este niño es tonto! ¡No aprende nunca!  Cuando el barbero termina su trabajo, el cliente sale de allí y ve salir de una heladería al mismo niño que había entrado en la barbería. Por curiosidad, se acerca a él y le pregunta:  – Dime, hijo, ¿por qué te llevaste las monedas y no el billete?  El niño, relamiendo su helado de chocolate, respondió:  – Porque el día que me lleve el billete, se acabará el juego.  «La inteligencia es aquella capaz de avisarnos de un problema ant...

El hombre y el arco. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Existió una vez un hombre que estaba realmente orgulloso de su arco. La verdad es que no era un arco muy bonito, pero sí de buena madera. Y con él tenía muy buena puntería:  – Este arco es fantástico. Es certero y su madera muy robusta, además es preciso y ligero- solía decir satisfecho.  Sin embargo, no se conformó con esto. Quería que su arco fuera mejor, más hermoso y único a los ojos de los demás. Por eso, acudió a un ebanista:  – Me gustaría que mi arco fuera único y por ello he pensado en hacer un dibujo en su madera.  – Pero si tallamos en el arco igual se debilita- advirtió el ebanista.  – No creo que suceda. Es un arco muy bueno. Talle un dibujo representando una escena de cacería.  El ebanista hizo lo que el arquero le pidió. Y es cierto que el arco quedó realmente hermoso. Todos lo miraban con admiración.  Sin embargo, en la primera cacería en la que el arquero participó, el hombre fue a tensar su arco y la made...

La colisión. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Navegaba el imponente buque de guerra USS Montana por el océano cuando de pronto vio a lo lejos una luz. Creyendo que era otro buque, inició una conversación:  – Atención, al habla el capitán del buque de guerra USS Montana. Por favor, desvíese 15 grados al norte para evitar la colisión. Le repito: desvíese 15 grados al norte. Cambio.  -Le oigo, capitán. Pero siento informarle de que no me desviaré. De hecho, le recomiendo que se desvíe usted. Cambio.  El capitán del buque, enfadado, insistió:  – Una vez más, le repito: este es el USS Montana, buque de guerra americano, y le pedimos que desvíe inmediatamente su rumbo 15 grados hacia el norte para evitar una colisión. Corto y cambio.  – Y yo le repito que no voy a desviarme 15 grados al norte. Y que debería desviar usted su buque. Cambio- se oyó por la radio desde el otro lado.  El capitán del buque repitió:  – A ver, le repito: desvíe su rumbo 15 grados hacia el norte para...

Los gallos y la perdiz. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Un granjero tenía dos gallos. Y un día compró una perdiz y la puso con ellos en el corral.  La pobre perdiz no tardó en ser atacada por los gallos, así que se pasaba el día corriendo y escondiéndose de ellos. Ella pensaba que la atacaban por ser diferente:  – Pobre de mí… los gallos me quieren maltratar por no ser como ellos.  Sin embargo, días más tarde vio que los gallos se peleaban entre ellos. Eran peleas muy violentas, y hasta se llegaban a hacer sangre. Y no una vez, sino muchas veces.  – Vaya- dijo entonces la perdiz- Ya no me quejaré más de que me persigan los gallos. Ahora entiendo que no es porque sea una perdiz. Si ni entre ellos son capaces de no pelear, ¿cómo no van a atacarme a mí? Si dos no son capaces de mantener la paz, no podrán mantenerla con el resto.  Reflexiones. Con esta fábula de ‘Los gallos y la perdiz’, podemos reflexionar sobre nuestras relaciones con los demás, si tenemos un mal comportamiento con alguien...

La zorra y la cigüeña. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Doña cigüeña y doña zorra solían verse de vez en cuando. Les gustaba hablar un rato y compartir historias. Pero a la zorra, doña Cigüeña le parecía demasiado presumida, y un día pensó en gastarle una broma.  Así, avisó de que iría a visitarla a su casa y después de hablar un rato, le dijo:  – Es estupendo poder hablar contigo, Cigüeña. Estoy pensando en que sería fantástico que vinieras mañana a comer a mi casa.  – Oh, ¡pues yo encantada! - contestó la cigüeña.  Y así quedaron en que doña Cigüeña visitaría a doña Zorra al día siguiente.  Doña Cigüeña estaba muy contenta, y acudió a comer con sus mejores galas a casa de doña Zorra. Allí estaba ella esperando, con la mesa puesta y una suculenta sopa servida en dos platos grandes.  La Zorra disfrutó de la comida, lamiendo la sopa con la lengua. La pobre cigüeña, sin embargo, con su pico largo y estrecho, no era capaz de pillar nada de sopa, y no pudo probar bocado, pero como era m...

El lobo y el perro. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Vagabundeaba un lobo enjuto y hambriento por el bosque. Hacía días que no probaba bocado y estaba en los huesos. De pronto vio a un perro paseando cerca de él. El perro tenía un aspecto formidable: robusto y lleno de vitalidad. Y el perro, que se encontró con la mirada lastimera del lobo, le dijo:  – ¿Por qué no vienes conmigo junto a mi amo? Te dará comida y podrás recuperarte. Solo tienes que obedecerle y mostrarle cariño. No es muy difícil.  El lobo, que estaba realmente desesperado, pensó que era una buena idea. Al fin y al cabo, necesitaba comer, así que aceptó y comenzó a seguir al perro. Pero, a mitad de camino, se fijó en que el perro tenía heridas alrededor del cuello.  – Y dime, perro, ¿de qué son esas heridas que tienes en el cuello? - preguntó lleno de curiosidad el lobo.  – Ah, no es nada- contestó el perro- Son las marcas de la argolla con la que mi amo me ata.  – Ah… ¿que te atan? -preguntó asustado entonces el lobo....

La grulla y el cangrejo. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Buscaba peces en un lago una vieja grulla, que cansada, decidió usar la argucia y el ingenio para no tener que hacer tanto esfuerzo.  Un día, al ver que tenía cerca un pequeño estanque, se le ocurrió una idea, y dijo a los peces y a un cangrejo del pantano:  – Es mi deber alertar, porque así me lo dice la conciencia… que escuché esta mañana hablar a los hombres. Tienen intención de secar este lago y no sé qué será de todos vosotros. Moriréis sin ninguna solución… ¡Qué pena!  Peces y cangrejo se reunieron para hablar… ¿Qué podían hacer? ¿Cómo salir de esa situación con vida? Entonces, la grulla les interrumpió:  – Ejem, ejem… Se me ha ocurrido una excelente idea para que podáis salvar la vida -dijo la grulla. He descubierto muy cerca de aquí un pequeño estanque. Me comprometo a llevaros hasta allí… Puedo llevar cada día a dos o tres de vosotros. Así, antes de que el hombre seque este lago, estaréis todos a salvo.  Al cangrejo, que er...

Los ojos verdes. Para leer

 Cuentos para leer VI-A. Atravesaban un frondoso bosque del Moncayo soriano un grupo de cazadores, que corría tras un ciervo herido por don Fernando de Argensola. Era la primera pieza que cazaba junto a su amigo Íñigo, montero muy reconocido en aquellas tierras.  Pero el ciervo herido corría deprisa, buscando un lugar por donde escapar del fatal desenlace, y por más que los cazadores se apresuraban, no conseguían apresarlo.  De pronto, el ciervo se escabulló por un camino estrecho, tortuoso y repleto de árboles, un camino que llevaba directo a la fuente de los Álamos, famosa por esconder una leyenda tenebrosa y sobrecogedora.  Los cazadores se pararon de golpe y al pronto llegó don Fernando, quien, rojo de cólera, recriminó al resto, esta actitud:  – ¿Pero ¿qué hacéis? ¿Por qué os detenéis? ¡Se va a escapar la presa! – gritó muy enfadado don Fernando.  – Señor, este camino lleva directo a la fuente del Álamo. Ese lugar está endemoniado y ningún hombre debe ...