Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como C. Disney para leer

Pinocho. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. En una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido este día. Al mirarlo, pensó: ¡qué bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido realizado de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho.  Aquella noche, Geppeto se fue a dormir deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Y al encontrarse profundamente dormido, llegó un hada madrina con buenas intenciones y, viendo a Pinocho tan bonito, quiso premiar al buen carpintero dando vida al muñeco con su varita mágica.  Al día siguiente, cuando se despertó, Geppetto no daba crédito a sus ojos, no podía creer lo que ellos le decían. ¡Sí! Pinocho se movía, caminaba, se reía y hablaba como un niño de verdad para alegría del viejo carpintero. Feliz y muy satisfecho, Geppeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese un niño muy list...

Dumbo. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. Los animales del circo Casey estaban muy excitados: las cigüeñas estaban a punto de llegar con los recién nacidos. Muchos de los animales del circo estaban a punto de recibir a sus retoños… y uno a uno fueron conociendo a sus crías. Todos, menos la futura mamá elefanta Jumbo, que esperó impaciente durante todo el día… ¡y nada!  Sin embargo, al día siguiente, justo cuando el tren con los animales del circo se ponía en marcha, una atolondrada cigüeña llegó hasta donde estaba la señora elefanta:  – ¡Perdón! ¡Perdón por el retraso! Me perdí…  La señora elefanta estaba tan contenta que no le importó la espera. Pero al abrir el hatillo con su bebé, descubrió que su pequeño era distinto: sus orejas eran enormes. El resto de elefantas, arremolinadas alrededor de Jumbo, soltaron una sonora carcajada, y empezaron a burlarse del elefantito:  – ¡Ja,ja,ja! ¿Pero has visto esas orejas tan enormes? ¿Qué querrá hacer con ellas? – dijo en tono burlón una de la...

La bella durmiente. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. Cuentan que hace mucho tiempo, un rey y una reina buscaban tener descendencia, pero no conseguían tener un hijo. Así que ambos estaban muy tristes, hasta que un día, una rana asomó la cabeza y al ver a la reina asomada a su estanque, le dijo: – No os preocupéis, mi reina. En un año daréis a luz a una hermosa niña.  Los pronósticos de la extraña rana se cumplieron, y un año después, la reina dio a luz a una preciosa niña, a la que pusieron de nombre Aurora, ya que para ellos era como un rayo de luz de la mañana.  El rey estaba tan contento, que organizó una gran fiesta para dar la bienvenida a su hija. Y además de invitar a la familia y todos sus amigos, también decidió invitar a todas las hadas del bosque. En total eran trece, pero como solo tenía doce platos de oro, una de ellas se quedó sin invitación.  Durante la magnífica fiesta, las had as fueron regalando a la niña maravillosos dones:  – Serás la más hermosa de las criaturas- dijo una....

El gato con botas. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. Un molinero muy trabajador, decidió repartir su herencia entre sus tres hijos: al más mayor le entregó las tierras para labrar; al segundo, el molino, y al más pequeño, como ya no le quedaba nada, le regaló su querido gato. Al principio, el hijo menor se disgustó bastante:  – ¿Pero cómo conseguiré ganarme yo la vida con un gato?- refunfuñaba.  El joven decidió entonces emigrar a otro país para buscar trabajo. Su idea era ponerse al servicio de algún poderoso noble, pero no sabía cómo conseguirlo.  Durante su viaje, sin embargo, se dio cuenta de una cosa: su gato era tremendamente astuto. Era capaz de encontrar alimento hasta en los lugares más insospechados, y de escoger el camino adecuado en caso de duda… Era un gato muy inteligente. Y lo mejor de todo… ¡sabía hablar! Se alegró mucho de no haberse deshecho de él.  A su gato además se le había ocurrido una genial idea: pidió a su amo el sombrero con pluma y sus botas de montar. Se las puso y c...

Blancanieves y los siete enanitos. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. Una bondadosa reina miraba a través de su ventana cómo nevaba. Era un frío día de invierno y la nieve se acumulaba en la repisa del marco oscuro del ventanal de su cuarto. Estaba bordando, y decidió parar para abrir la ventana y tocar la nieve. Pero al hacerlo, se pinchó con la aguja y unas gotas de sangre cayeron sobre la inmaculada nieve. Al ver el contraste tan hermoso entre los dos colores, pensó: ‘Ojalá tuviera una hija con la piel blanca como la nieve, los labios rojos como la sangre y el cabello negro como el marco de mi ventana’.  Años después, su deseo se hizo realidad, y dio a luz a una hija realmente hermosa. Le puso de nombre Blancanieves, recordando sus pensamientos de aquel día. Pero por desgracia, poco después, la reina murió, y su esposo, el rey, se casó de nuevo con una mujer muy hermosa pero cruel y malvada, que además poseía cierta habilidad con la magia negra.  La malvada madrastra de Blancanieves se dio cuenta de la belleza de su hi...

Caperucita roja. Para leer.

 Cuentos para leer VI-B. Había una vez una niña muy bonita. Su madre le había hecho una capa roja y la muchachita la llevaba tan a menudo que todo el mundo la llamaba Caperucita Roja. Un día, su madre le pidió que llevase unos pasteles a su abuela que vivía al otro lado del bosque, recomendándole que no se entretuviese por el camino, pues cruzar el bosque era muy peligroso, ya que siempre andaba acechando por allí el lobo Caperucita Roja recogió la cesta con los pasteles y se puso en camino. La niña tenía que atravesar el bosque para llegar a casa de la Abuelita, pero no le daba miedo porque allí siempre se encontraba con muchos amigos: los pájaros, las ardillas... De repente vio al lobo, que era enorme, delante de ella. - ¿A dónde vas, niña? - le preguntó el lobo con su voz ronca. - A casa de mi Abuelita - le dijo Caperucita. - No está lejos - pensó el lobo para sí, dándose media vuelta. Caperucita puso su cesta en la hierba y se entretuvo cogiendo flores: - El lobo se ha ido -pe...

Los tres cerditos. Para leer.

Cuentos para leer VI-B. Había una vez una mamá cerdita que tuvo tres preciosos cerditos. Eran muy traviesos y juguetones, sobre todo dos de ellos.  El tercero, sin embargo, ya desde pequeño demostraba ser más obediente. Le gustaba mucho escuchar bien los consejos de su mamá cerdita y a menudo avisaba a sus hermanos del peligro de sus travesuras. Los cerditos crecieron, y ya más mayores, decidieron dejar la casa de su mamá cerdita y vivir por su cuenta. Su mamá, antes de irse, les recordó que tuvieran mucho cuidado, ya que los animales decían que en el bosque vivía un lobo muy feroz y peligroso. Los cerditos partieron hacia el bosque. Al encontrar una explanada muy amplia, decidieron construir allí sus casas. Pero los cerditos más traviesos, eran también más perezosos, y pensaron en cómo construir sus casas de forma que no les llevara demasiado trabajo y esfuerzo. El primero de los cerditos construyó su casa con paja y se fue a jugar tan contento. Mientras, el segundo cerdito seguía...