Cuentos para leer VI-A.
Un niño entra en una barbería y el barbero susurra a su cliente:
– Fíjese bien, le voy a demostrar que acaba de entrar el niño más tonto del mundo.
El barbero se acerca al niño y extiende sus manos: en una tiene un billete de 5 euros y en la otra, dos monedas de 1 euro. Entonces, el barbero le dice:
– A ver, ¿cuál prefieres?
Y el niño, sin dudar, agarra los dos euros y se va corriendo. El barbero comienza a reír y dice a su cliente.
– ¿Qué te dije? ¡Este niño es tonto! ¡No aprende nunca!
Cuando el barbero termina su trabajo, el cliente sale de allí y ve salir de una heladería al mismo niño que había entrado en la barbería. Por curiosidad, se acerca a él y le pregunta:
– Dime, hijo, ¿por qué te llevaste las monedas y no el billete?
El niño, relamiendo su helado de chocolate, respondió:
– Porque el día que me lleve el billete, se acabará el juego.
«La inteligencia es aquella capaz de avisarnos de un problema antes de que llegue».
Reflexiones.
La vida es como un juego de ajedrez: tendremos que enfrentarnos a problemas, obstáculos y amenazas. Solo el más inteligente podrá avanzar.
Somos lo suficientemente inteligentes como para ver llegar un problema. Pero a veces no nos paramos a pensar por pura ‘vaguería’. En el ajedrez, los dos contrincantes piensan ‘en futuro’, con una serie de pruebas, ensayos y errores mentales. Buscan posibles trayectorias imaginarias para anteponerse a lo que puede pasar después.
Si usáramos la inteligencia como el protagonista de esta historia, podríamos ver llegar un problema antes de tenerlo encima. El niño pensó rápidamente: ‘si me llevo el billete, que vale más, este señor ya no volverá a ofrecerme el juego del billete y las monedas, porque entenderá que ya he aprendido. Si me llevo las monedas, al día siguiente lo volverá a intentar, y me podré llevar mucho más dinero, hasta que él se canse’. Esa es la opción inteligente.
La inteligencia es la capacidad de adaptarse y mirar al futuro, no es más inteligente el que más conocimientos tiene, sino el que tiene más astucia, reflejado en términos de esa capacidad de una persona para adaptarse a los cambios y de ‘ver llegar’ los problemas.
¡Feliz día!