Cuentos para leer IV. Cuentan que un día Buda estaba sentado en la ladera de una montaña, meditando y contemplando en serenidad el paisaje cuando un primo suyo, Devadatta, que le envidiaba, subió hasta lo más alto de la montaña y lanzó desde allí una enorme roca con la intención de matarle. Sin embargo, Devadatta erró en su intento, y la pesada roca aterrizó con estrépito junto a Buda, interrumpiendo su meditación, pero sin hacerle daño. Instantes después, el maestro siguió como si nada, sereno y mirando al horizonte. Días después, Buda se encontró con su primo. Este, avergonzado, le preguntó: – Maestro, ¿no estás enfadado? – No, claro que no- contestó él. – ¿Por qué no lo estás? ¡Intenté matarte! – Porque ni tú eres ya el mismo que arrojó la roca ni yo soy el mismo que estaba allí sentado. «Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable» . Reflexiones. Con esta fábula corta podemos reflexionar sobre estos temas: El valo...