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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos para leer V

Cuentos para leer V

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Auriga de tu vida. Para leer

 Cuentos para leer V. Todos los humanos somos aurigas con el potencial de hacer una carrera extraordinaria. En esencia, tú eres el auriga en la “carrera” de tu propia vida. Dispones de bellos y poderosos caballos (potencialidades), deseosos, si aprendes a conocerlos y sabes dirigirlos y alentarlos, de llevarte hacia el éxito.  Como es natural, estos tienden a seguir su instinto, a hacer lo fácil y lo cómodo, a tirar cada uno por su lado o incluso a pararse. Basta con que uno se detenga o tome la dirección equivocada para que el carruaje pierda eficacia. En última instancia, si estos no corren en absoluto, el carro quedará parado y tú nunca llegarás a la meta.  Imagínate a dos aurigas de similar experiencia y habilidad. Ambos van montados en su carruaje tirado por sus respectivas caballerías de parecida presencia y potencia. El primero, además de conocer la meta y la distancia hasta ella, también conoce y cuida a sus corceles. Consciente del valor de estos y de los éxitos ...

Como un lápiz. Para leer

Cuentos para leer V. El niño miraba a su abuela, que escribía una carta. En determinado momento, preguntó:  —¿Estás escribiendo una historia que nos sucedió a nosotros? ¿Y es, por casualidad, una historia sobre mí?  La abuela dejó de escribir, sonrió y comentó al nieto:  —Estoy escribiendo sobre ti, es verdad. Ahora bien, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueras como él, cuando crezcas.  El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada especial.  —Pero ¡si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!  —Todo depende de cómo mires las cosas. Hay cinco cualidades en él que, si consigues conservarlas, te harán siempre una persona en paz con el mundo.  Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no debes olvidar nunca que existe una Mano que guía tus pasos. A esa mano la llamamos Dios y Este debe conducirte siempre en la dirección de su voluntad.  Segunda cualidad: de vez en cuando necesito ...

Historia de un sueño. Para leer

 Cuentos para leer V. Hace mucho tiempo, una mujer sufrió la pérdida repentina de su marido. Habían estado toda la vida juntos y ella se pasaba todo el día llorando.  Como no consiguió acostumbrarse a su ausencia, un día entró en el templo y, de rodillas, suplicó a Dios que le mostrara dónde estaba su marido: en el cielo, en el infierno o si, sencillamente, había dejado de existir.  Esa misma noche tuvo un sueño. Soñó que un ángel la acompañaba hasta un lugar muy hermoso: un bello jardín donde cientos de globos de colores se elevaban por el cielo. Tan impresionada quedó ante lo que estaba viendo, que quiso saber adónde iban todos esos globos. El ángel, mirándola con dulzura, le dijo: “Viajan hasta Dios. Son las almas de las personas buenas que han dejado ya sus cuerpos humanos”.  En ese momento, la mujer se dio cuenta de que había algunos globos que estaban sujetos a la tierra por un cordel y le preguntó al ángel: “¿Entonces los globos que están sujetos son los de la...

Deja de juzgar. Para leer

 Cuentos para leer V. Un padre y su hijo de veinticuatro años iban en el tren. El joven miraba por la ventana y gritó con alegría:  —¡Papá, mira, parece que los árboles pasan volando!  El padre sonrió dulcemente y asintió con la cabeza.  Frente a ellos, una pareja intercambió miradas expresando compasión por la conducta tan infantil del joven. Éste gritó de nuevo, riendo emocionado:  —¡Papá, mira, las nubes nos persiguen!  El padre le volvió a sonreír.  El hombre no pudo resistirse y le dijo al padre:  —Tal vez debería llevar a su hijo a un buen médico…  El padre, afablemente, le contestó:  —Lo hice. Acabamos de salir del hospital. Mi hijo era ciego de nacimiento y acaba de recuperar la vista…  Sabes mi nombre, pero no mi historia.  Has oído lo que he hecho, pero no por lo que he pasado.  Sabes dónde estoy, pero no de dónde vengo.  Me ves riendo, pero no sabes lo que he sufrido.  Deja de juzgarme.  Que sepas...

Amar lo que somos. Para leer

 Cuentos para leer V. Los animales del bosque se dieron un día cuenta de que ninguno de ellos era el animal perfecto: los pájaros volaban muy bien, pero no nadaban ni escarbaban; la liebre era una estupenda corredora, pero no podía volar ni sabía nadar... Y así todos los demás.  ¿No habría una manera de establecer una academia para mejorar la raza animal? Dicho y hecho.  En la primera clase de carrera, el conejo fue una maravilla y todos le dieron sobresaliente, pero en la clase de vuelo subieron al conejo a la rama de un árbol y le dijeron: “¡Vuela, conejo!”. El animal saltó y se estrelló contra el suelo, con tan mala suerte que se rompió dos patas y fracasó también en el examen final de carrera.  El pájaro fue fantástico volando, pero le pidieron que excavara como el topo. Al hacerlo, se lastimó las alas y el pico y en adelante, tampoco pudo volar; con lo que ni aprobó la prueba de excavación ni llegó al aprobadillo en la de vuelo.  Convenzámonos: un pez debe ...

Asamblea en la carpintería. Para leer

 Cuentos para leer V. Cuentan que en una carpintería hubo una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar diferencias.  El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar, ya que se pasaba todo el tiempo haciendo ruidos.  El martillo aceptó la culpa, pero pidió que fuera expulsado el tornillo, argumentando que había que darle demasiadas vueltas para que sirviera.  El tornillo aceptó el ataque, pero exigió la expulsión de la lija. Señaló que era áspera en su trato y tenía fricciones con los demás.  Y la lija estuvo de acuerdo, pero exigió que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás como si él fuera perfecto.  En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició la tarea. Utilizó el martillo, la lija, el metro, y el tornillo. Finalmente, la tosca de madera se convirtió en un hermoso mueble.  Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deli...

Antes de nacer. Para leer

Cuentos para leer V. En el vientre de una mujer embarazada se encontraban dos bebés.  Uno pregunta al otro:  —¿Tú crees en la vida después del parto?  —Claro que sí. Algo debe existir después del parto. Tal vez estemos aquí porque necesitamos prepararnos para lo que seremos más tarde.  —¡Tonterías! No hay vida después del parto. ¿Cómo sería esa vida?  —No sé pero, seguramente, habrá más luz que aquí. Tal vez caminemos con nuestros propios pies y nos alimentemos por la boca.  —¡Eso es absurdo! Caminar es imposible. ¿Y comer por la boca? ¡Eso es ridículo! Nos alimentamos por el cordón umbilical. Para eso está… Te digo una cosa: la vida después del parto no existe. Aquí se acaba todo… El cordón umbilical es demasiado corto.  —Pues yo creo que hay algo. Tal vez sea una vida distinta a la que estamos acostumbrados.  —Pero nadie ha vuelto del más allá, después del parto. El parto es el final de la vida. A fin de cuentas, la vida no es más que una angust...

Buscando la felicidad escondida. Para leer

Cuentos para leer V. En el principio de los tiempos, se reunieron varios demonios para hacer una travesura. Uno de ellos dijo: —Debemos quitar algo a los hombres, pero ¿qué les quitamos? Después de mucho pensar uno dijo: —¡Ya sé! Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la puedan encontrar. El primero propuso: —Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo. Inmediatamente repuso otro: —No, recuerda que tienen fuerza; alguna vez alguien puede subir y encontrarla y si la encuentra uno, ya todos sabrán dónde está. Luego propuso otro: —Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar. Otro contestó: —No, recuerda que tienen curiosidad; alguna vez alguien construirá un aparato para poder bajar y entonces la encontrará”. Uno más dijo: —Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.  Y le dijeron: —No, recuerda que tienen inteligencia; un día alguien va a construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubri...