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Los gallos y la perdiz. Para leer

 Cuentos para leer VI-A.

Un granjero tenía dos gallos. Y un día compró una perdiz y la puso con ellos en el corral. 

La pobre perdiz no tardó en ser atacada por los gallos, así que se pasaba el día corriendo y escondiéndose de ellos. Ella pensaba que la atacaban por ser diferente: 

– Pobre de mí… los gallos me quieren maltratar por no ser como ellos. 

Sin embargo, días más tarde vio que los gallos se peleaban entre ellos. Eran peleas muy violentas, y hasta se llegaban a hacer sangre. Y no una vez, sino muchas veces. 

– Vaya- dijo entonces la perdiz- Ya no me quejaré más de que me persigan los gallos. Ahora entiendo que no es porque sea una perdiz. Si ni entre ellos son capaces de no pelear, ¿cómo no van a atacarme a mí?

Si dos no son capaces de mantener la paz, no podrán mantenerla con el resto. 

Reflexiones.

Con esta fábula de ‘Los gallos y la perdiz’, podemos reflexionar sobre nuestras relaciones con los demás, si tenemos un mal comportamiento con alguien, al final terminará por repercutir en todos los que de nuestro alrededor. 

Lo que hagas repercute en los demás. Tenemos que ser muy conscientes de nuestros actos, porque no solo nos afectan a nosotros.

Los que actúan de forma violenta entre sí, también se comportarán así con el resto. La moraleja de esta fábula corta nos recuerda que si dos mantienen una actitud violenta, lo más normal es que tengan esa misma actitud con el resto. 

Si cerca de ti existe violencia, terminará por llegar a ti. Las batallas comienzan por ser una y extenderse con rapidez. La violencia tiende a expandirse, ya que, al final el que comienza peleando termina por molestar e involucrar a más y más personas. La única forma de no terminar peleando ante esta amenaza es hacer como hizo la perdiz de esta historia: intentar no tomar parte de la pelea. 

¡Feliz día!

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