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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos para leer V-A

Cuentos para leer V-A

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El náufrago. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Cuentan que hace mucho, un lujoso barco de un poderoso ateniense, navegaba por el Mediterráneo cuando una tempestad le sorprendió.  Las olas golpearon con fuerza el casco de la nave y ésta saltó en mil pedazos justo antes de alcanzar el puerto.  Todos los tripulantes cayeron al mar y los marineros comenzaron a nadar hacia la orilla.  Sin embargo, el poderoso ateniense, comenzó a implorar a los dioses:  – ¡Por favor, gran Atenea… ayúdame! Yo que siempre rezo y cumplo con mis deberes, haz que no muera ahogado y sácame de ésta…  Entonces se oyó una voz, que no era de los dioses, sino de uno de los marineros, que le gritó desde la orilla:  – ¡Pide a Atenea si quieres, pero también a tus brazos! «Está bien que pidas ayuda, pero siempre y cuando pongas de tu parte para intentar salir del problema». Reflexiones. No hay que malinterpretar esta fábula, ya que no se trata de despreciar la fe, sino de recordar que somos nosotros, los que d...

El estómago y los pies. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Discutían mientras un hombre andaba, el estómago y los pies:  – Mira cómo muevo el cuerpo de un lado a otro- decían los pies-. Sin mí, no podríais ir a ningún sitio. No cabe ninguna duda, de que soy más importante que tú para el hombre. De hecho, soy la parte más importante del hombre. Soy capaz de llevarle a donde él quiera ir.  El estómago, dolido, respondió:  – Puede que seáis importantes, pies, no lo dudo. Pero decidme: ¿a dónde iríais vosotros si yo no os alimentara?  «No presumas de tus virtudes delante de otros, porque tal vez no sean las mejores. Demos a cada cual, el mérito que le corresponde». Reflexiones. Con esta fantástica fábula de Esopo, ‘El estómago y los pies’, podemos reflexionar acerca de valores como:  La humildad frente a la prepotencia.  Y el sentido de la justicia: dar a cada uno el valor que se merece.  Es verdad, nos gusta presumir y además demasiado. A veces presumimos más de la cuenta, sin valorar...

El lobo enfermo. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Había una vez un lobo al que le gustaba demasiado comer. Era muy glotón y no tenía medida. De hecho, comía tanto, que un buen día enfermó. Le dolía muchísimo el estómago y fue a visitar al médico del pueblo, un hombre anciano muy experimentado.  – Por favor, señor médico, le pagaré cuatro monedas si me cura. No puedo soportar este dolor de estómago…  Y el hombre, después de examinarlo bien, le dijo:  – Señor lobo, usted está enfermo de tanto comer. A partir de ahora no podrá comer más de siete libras de carne. De lo contrario, podría ser muy peligroso.  El lobo asintió, pagó al médico y se fue a casa del herrero para encargarle una balanza. Con ella, pesaría cada día la carne para asegurarse de que no comía, ni un gramo de más de esas siete libras, que le había indicado el doctor.  Y así lo hizo durante muchos meses. A pesar de quedarse con hambre, el lobo pesaba en su balanza la carne y no comía más de siete libras. Recuperó su figu...

El ruiseñor y el pavo real. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Un pequeño ruiseñor de hermosa y dulce voz, no encontraba amigos entre los suyos. Los otros ruiseñores le envidiaban, y siempre terminaban intentando competir con él.  Un tanto apenado, decidió buscar un amigo entre otras familias. Llegó a un parque en donde se encontraba un pavo real. Y, deslumbrado por la belleza de sus coloridas plumas, se acercó a él.  – Eres muy hermoso, pavo real- le dijo el ruiseñor.  – Pero yo no tengo esa maravillosa voz que tienes tú. Admiro cómo cantas, ruiseñor– le contestó el pavo real.  Entonces, el ruiseñor se dio cuenta de que el pavo real podía ser un gran amigo. – Seamos amigos- dijo entonces el ruiseñor- Porque ni tú querrás nunca competir con mi canto ni yo con tu belleza.  Y el pavo real y el ruiseñor se hicieron grandes amigos.  ‘En la amistad verdadera no puede haber espacio para la envidia y la competencia’. Reflexiones. Con esta fábula podemos pensar acerca de la amistad, de las envidia...

La zorra y el perro. Para leer

 Cuento para leer V-A. Vigilaba un perro a un rebaño de ovejas mientras el pastor descansaba, cuando de repente vio que se acercaba una zorra muy astuta muy despacito.  El perro la observó, la zorra se acercaba con delicadeza a las ovejas y hacía como que las acariciaba.  El perro se acercó entonces a la zorra y preguntó:  – ¿Qué haces, zorra?  – ¿No lo ves? - respondió ella- ¡Acaricio a las ovejas!  El perro le dijo entonces, de forma contundente:  – Muy bien, pues ya te puedes buscar ahora mismo otro lugar o verás qué fantásticas son las caricias que voy a darte.  La zorra entendió su mensaje y se fue de allí corriendo.  «No te fíes de las apariencias y busca la verdad. Los estudios y la experiencia te ayudarán».  Reflexiones. Con esta fábula de Esopo, ‘La zorra y el perro’, podrás reflexionar acerca de las apariencias, muchas veces las apariencias engañan y algunos caen en la trampa de la mentira. La única forma de no caer en ella es...

La zorra y las uvas. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Paseaba una zorra hambrienta por un monte cuando divisó a lo lejos una vivienda con una frondosa parra repleta de uvas. Nada más ver aquellos frutos, se le hizo la boca agua y se aproximó a toda velocidad. Pero al llegar, se dio cuenta de que los racimos estaban muy altos.  La zorra comenzó a saltar, en un intento desesperado por hacerse con alguna uva. Saltó una vez, y otra, y otra más. Pero no conseguía llegar hasta los racimos. Desesperada y muy cansada, miró con rabia a las uvas y dijo:  – Por nada del mundo me comería yo una de esas uvas. ¡Si en realidad están verdes y deben saber horribles!  «La soberbia hace que intentemos engañarnos a nosotros mismos». Reflexiones. Con esta fábula podrás trabajar diferentes valores, como estos:  El esfuerzo. La perseverancia. El sentimiento de frustración.  La soberbia. El valor de la sinceridad. ¿Cuántas veces, no nos habremos intentado convencer, de que algo no nos conviene por nuestra inca...

El águila y la fecha. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Un águila se encontraba de caza, en lo alto de un peñasco. Había visto cerca una madriguera de conejos y esperaba que salieran para darles caza.  Pero estaba tan pendiente de su cacería que no vio que cerca había un hombre con un arco y unas flechas. El hombre lanzó una de las flechas e hirió de gravedad al águila.  El ave, al mirar que la flecha con la que la habían herido estaba decorada con sus plumas, pensó: ‘Qué tristeza tan grande ser alcanzada por un arma que porta mis propias plumas ‘.  «El dolor de una herida es mayor cuando nos vencen con nuestras propias armas».  Reflexiones. La historia del águila y la flecha es una bonita metáfora, que intenta advertirnos del daño que a veces nos causamos a nosotros mismos, al tratar, de forma incorrecta a los demás, ya que seguramente recibiremos el mismo trato más adelante.  El águila estaba tan concentrada en su cacería que descuidó protegerse del resto de depredadores. Ese exceso de ...

Bóreas y el Sol. Para leer

 Cuentos para leer V-A. Discutían el dios Bóreas y el Sol sobre sus poderes:  – ¡Yo soy mucho más poderoso que tú. ¿Acaso no ves lo que puedo hacer cuando soplo con fuerza? ¡Levanto tsunamis, avivo incendios, destruyo ciudades enteras! – decía Bóreas con determinación.  – Contemplo tu fuerza, amigo Bóreas, y sé de lo que eres capaz cuando te enfadas… pero deja que te diga que mi fuerza es mayor que la tuya.  – ¡Demuéstramelo!  – De acuerdo, no discutamos más. Aquel que consiga despojar de su ropa al primer caminante que encontremos, será el más poderoso.  – ¡Eso es sencillo! - respondió el fanfarrón de Bóreas.  Así, en cuanto vieron aparecer a un hombre, comenzó el reto. Bóreas fue el primero. Empezó a soplar y a soplar, y el ropaje del hombre empezó a levantarse. Pero entonces Bóreas quiso soplar más fuerte, pues estaba muy enfadado, y el hombre, como tenía frío, sacó una manta de su bolsa y se tapó aún más.  Bóreas sopló y sopló pero el hombre c...