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Cuentos narrados VIII-B.

Presentación interactiva.  Esta es una presentación interactiva realizada con Genially en la que podrás encontrar una selección de ocho cuentos narrados, si los escuchas tranquilamente te harán pensar y reflexionar.
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Cuentos para leer VIII-B.

En formato pdf.  Pulsa en la imagen para leer los cuentos y relatos cortos que se indican.

Los dos miopes.

Cuentos narrados VIII-B. Esta fábula de ‘Los dos miopes’ sin duda es ideal para pensar sobre:  El valor de la sinceridad.  Las consecuencias de mentir.  La necesidad de pedir ayuda cuando lo necesitemos.  El valor de la humildad. Ya lo dice el dicho popular, que ‘se pilla antes a un mentiroso que a un cojo’. También se suele decir que la mentira ‘tiene las piernas cortas’. Y es que al final la verdad siempre termina por salir a la luz.

Los dos miopes. Para leer.

Cuentos para leer VIII-B. Vivían en el mismo pueblo dos hombres muy miopes que sin embargo intentaban ocultar su problema con la vista. Así que cuando debían demostrar si veían bien de lejos, terminaban inventándose cosas.  Cuando estaban juntos, los dos iban inventando todo lo que imaginaban ver. De esta forma, pensaban, el otro no se daría cuenta de su problema.  Un día, entraron en un templo y observaron que las personas miraban mucho hacia una de las paredes. Los dos miopes estaban juntos, y uno de ellos decidió ‘presumir’ de su buena vista ante el otro:  – Vaya-dijo de pronto- ¡Qué precioso el retablo nuevo que han colocado en esa pared!  El otro miope, lejos de preguntar qué veía, continuó siguiendo su invención:  – Sí, ¡qué maravilla! ¡Y es de oro! ¿De dónde habrán sacado tal preciosidad? – ¡Si hasta parece la figura real! – Desde luego… ¡qué realismo! - respondió el otro miope.  Un hombre que lo observaba todo y había oído su conversación, no pudo aguantarse y comenzó a reír si

Las tres pipas.

Cuentos narrados VIII-B. Con esta leyenda titulada ‘Las tres pipas’ podrás reflexionar sobre: La importancia de la reflexión para mitigar la ira. Por qué es importante que aprendamos a perdonar para no perder amigos. La importancia del valor de la humildad. Esta leyenda india nos transmite una gran enseñanza y está repleta de valores maravillosos. Pero, sobre todo, nos avisa de lo destructiva que puede ser la ira y nos da una pista de cómo gestionar esta emoción.

Las tres pipas. Para leer.

Cuentos para leer VIII-B. Cuenta la leyenda , que un miembro de una tribu india, ‘Pies de plomo’, se enojó mucho con un compañero, y decidió acudir a la tienda del jefe de la tribu para explicarle lo que sucedía. Estaba tan enfadado con su compañero, que pensaba matarle. – Oh, jefe de la Tribu, estoy tan enfadado con Águila Parda, que ahora mismo voy a buscarle para matarle. – Espera- contestó el jefe de la tribu- Entiendo tu enfado y comprendo que quieras vengarte con rapidez. Pero antes, te pido que tomes esta pipa, vayas junto al árbol sagrado y fumes un rato. Luego regresa y vuelve a explicarme lo que deseas hacer. Así que ‘Pies de plomo’ tomó la pipa, se fue hasta el árbol anciano e hizo lo que le había pedido el jefe de la tribu. Una vez que terminó, regresó, eso sí, mucho más tranquilo. De hecho, según volvía a la tienda del jefe, se dio cuenta de que, en realidad, matar al joven indio que le había ofendido, tal vez era demasiado… – Oh, gran jefe- dijo el indio- Gracias por la

Caza.

Cuentos narrados VIII-B. En la fábula ‘Caza’, el duque no se lo pensó dos veces y contrató al niño a su servicio de forma inmediata, sin haber probado antes la veracidad de sus palabras. Y es algo que nos sucede muy a menudo: tendemos a tomar decisiones ‘a la ligera’, por una primera impresión o ‘corazonada’. Luego nos arrepentimos, pero la decisión ya está tomada.  Recuerda: «Las cosas no son lo que parecen. A veces sacamos conclusiones antes de tiempo».

Caza. Para leer.

Cuentos para leer VIII-B. Un día, un duque salió de caza al bosque, acompañado por un séquito de numerosas personas, entre hombres de armas y sirvientes. Entonces se encontraron con un árbol en cuyo tronco había dibujado una diana, con círculos que se estrechaban. En el centro, vio clavada una flecha. El duque se sorprendió y dijo:  – ¿Quién será el fino arquero que consiguió dar con esta flecha en el blanco de forma tan exacta? ¡Me encantaría conocerle!  Siguieron caminando algunos kilómetros cuando de pronto se encontraron con un niño pequeño que llevaba en su mano un arco y unas flechas. El duque le preguntó, y el niño reconoció que había sido él el que clavó las flechas en el árbol.  – ¡Qué maravilla! - exclamó entonces el duque- ¡Con lo pequeño que eres! Pero, espera… ¿No será que te acercaste a la diana para dar en el blanco, no?  – No, señor- dijo el niño- Lo cierto es que disparé desde bastante lejos. ¡Lo juro!  – ¡Increíble! - dijo entonces el duque- Desde ahora te admito a mi

Las ranas que pidieron un rey.

Cuentos narrados VIII-B. Esta fábula ‘Las ranas que pidieron un rey’, podemos pensar acerca de: La necesidad de establecer normas para una convivencia sana: No se puede convivir sin normas. Las ranas terminan saltando y gritando sin orden y molestándose las unas a las otras. El orden es necesario y las normas de convivencia también.  También nos transmite que debemos de buscar nosotros mismos una solución en lugar de quejarnos. La queja no sirve para nada, es algo inútil y por ello, debemos de ser más positivos. Recuerda: «Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer».

Las ranas que pidieron un rey. Para leer.

Cuentos para leer VIII-B. En la época más floreciente de Atenas, se instauró tal libertad que de pronto el libertinaje llegó a la ciudad. Los atenienses estaban hartos. Necesitaban a alguien que pusiera orden. Entonces llegó Pisístrato , un tirano que acabó con las libertades para devolver el orden, sí, pero a costa de una limitación excesiva de las libertades. Ante las quejas de los atenienses, Esopo les contó esta historia:  Las ranas antes moraban libres por las lagunas. Eran felices y podían hacer lo que querían, pero pronto unas comenzaron a molestar a otras, y, cansadas de esta situación, un día le pidieron a Júpiter un rey, ya que necesitaban a alguien que pusiera orden.  Júpiter entonces decidió mandarles un madero que al caer en el lago se quedó clavado con fuerza en el cieno en vertical.  Las ranas al principio miraron asustadas, pero poco a poco, al ver que no se movía, se acercaron y comenzaron a saltar alrededor. No tardaron en perderle el respeto al nuevo rey, y a hacer