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Mostrando las entradas etiquetadas como Cuentos para leer I-A

Cuentos para leer I-A

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La madre Xiao. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Cuentan que en la montaña de Hefu, en China, se levantaba un templo donde vivía la madre Xiao. Esta mujer elaboraba vino y cerveza para ganarse la vida.  La madre Xiao recibía muy a menudo, la visita de un maestro monje taoísta que acudía hasta el templo y tenía la costumbre de beber vino y cerveza sin que la madre Xiao le pidiera nada a cambio.  Al cabo de un tiempo, el monje se dio cuenta de que debía agradecer a la mujer estas bebidas, y le dijo:  – Como no tengo dinero para pagar el vino y la cerveza, cavaré para ti un pozo.  El monje empezó a cavar un pozo, pero en lugar de agua, el pozo daba vino, un vino excelente. De esta forma, la madre Xiao ya no tuvo que elaborar el vino. Solo tenía que sacarlo del pozo, y con él, conseguía dinero al venderlo. De hecho, consiguió reunir una gran fortuna. Al cabo de un tiempo, el monje regresó y preguntó a la mujer:  – ¿Era bueno el vino?  – Uy, es excelente- respondió la mujer- El pro...

El increíble grito. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Cuentan que hace mucho tiempo existió un maestro en artes marciales cuya reputación creció tanto que llegó a ser el más admirado de todos. Nunca le faltaban discípulos y su fama hizo que algunos de los otros maestros se sintieran algo molestos. En particular uno, que vivía en su mismo reino, y que pensaba que era él, el mejor, en las artes marciales.  Tal es así, que un día decidió retar al gran maestro para demostrar que no era mejor que él. Cuando llegó a su casa, se sorprendió al ver a un hombre anciano que le abrió la puerta.  – Vengo a ver al maestro, buen hombre. Quiero batirme con él para demostrarle que soy mejor en las artes marciales.  El hombre le miró sereno y dijo:  – Perdone usted que le diga que esa es una idea suicida por su parte. Nadie puede vencer al maestro, por muy bueno que se crea.  – ¿Pone usted en duda mis capacidades?  Y diciendo esto, tomó una tabla de madera que vio cerca y de un golpe seco la partió ...

Para aprender a jugar a las damas. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Existió durante una época un jugador de damas tan perfecto, que todos querían recibir sus clases. Se llamaba Qiu y era idolatrado por todos. Además de por ser tan buen jugador, por ser el mejor maestro.  Qiu siempre contó a todos cuál es el pilar básico para conseguir ser tan bueno como él:  – Yo tenía dos discípulos- solía contar Qiu- Los dos eran muy inteligentes. Los dos muy hábiles, con grandes reflejos y ambos con un gran deseo de convertirse en grandes jugadores de damas. Sin embargo, uno lo consiguió, y el otro no.  – ¿Por qué? - preguntaba siempre alguno de sus discípulos.  – Muy sencillo: mientras yo explicaba, uno de ellos me escuchaba con atención. El otro, sin embargo, enseguida pasaba a contemplar el aleteo de las mariposas en el jardín. ¿Quién pensáis que aprendió todo lo necesario para convertirse en el mejor jugador de damas?. Reflexiones . Las reflexiones de esta fábula van sobre las distracciones y cómo afectan al aprend...

El sabio y la serpiente. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Cuentan que una serpiente vivía en la cueva de una montaña, en una zona de la India y tenía atemorizada a toda una población, ya que no dudaba en morder a todo el que pasaba por allí.  Pero la serpiente comenzó a quedarse muy sola, ya que ninguna persona quería acercarse a esa cueva. Así que un día decidió pedir consejo a un sabio que vivía cerca de allí.  – Necesito consejo- dijo la serpiente.  – ¿Qué sucede? - respondió el sabio.  – Nadie viene a verme, porque hasta ahora, todo el que se acercaba recibía un mordisco envenenado y ahora todos me tienen miedo…  – Normal que te tengan miedo si no haces otra cosa que atacarlos- contestó el sabio- Lo que debes hacer es dejar de morderles.  – De acuerdo- dijo entonces la serpiente- No les morderé más.  Al cabo de unos días, el sabio se acercó a la cueva para ver qué tal le había ido a la serpiente, y la encontró magullada y dolorida, temblando de miedo y llena de golpes.  –...

El origen del ruido. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Cuentan que hace mucho existió en un lugar de la extensa China un maestro zen muy valorado y querido por todos. El hombre era un sabio al que muchos pedían consejo. Su fama se extendió tanto que no tardaron en llegar discípulos de todas partes del país.  Al principio el sabio estaba encantado con poder ayudar a los jóvenes aprendices, así que su fama aumentó más y más, hasta tal punto, que tuvo que comenzar a escoger a los que serían sus discípulos, ya que no podía atenderlos a todos.  Pero el tiempo pasó deprisa y el sabio envejeció. El maestro comenzó a cambiar de actitud, y su trato se volvió duro y arisco.  Los jóvenes aprendices que acudían a él, abandonaban aquel lugar un tanto sorprendidos por el trato recibido del maestro. Y la fama de dulce y maravilloso maestro zen, se fue transformando en una creciente fama de sabio arisco e intratable.  Los discípulos comenzaron a buscar otro maestro y poco a poco, el famoso sabio zen se quedó...

La cigarra y la hormiga. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Era verano y hacía calor. Una cigarra descansaba plácidamente bajo la sombra de un arbusto, mientras observaba a la hormiga trabajar sin descanso. La pobre hormiga iba y venía del campo a su hormiguero, llevando encima pesados granos de trigo, mientras que la cigarra canturreaba sin parar.  – Ven a descansar conmigo, hormiga, que hace calor. ¿Para qué trabajas tanto? - le recriminó la cigarra.  – Necesito guardar mucho alimento para el invierno– contestó entonces la hormiga-. Cuando comience a helar, no quedará nada.  – ¡Aún falta mucho! Yo prefiero disfrutar de la vida y del momento- contestó orgullosa la cigarra. – Deberías recoger comida como yo lo hago, cigarra. Y si no, luego te lamentarás. El tiempo pasó deprisa y llegó el otoño, y con él, las primeras heladas. El invierno no tardó en llegar también y la cigarra, que se había quedado sin comida, fue a visitar a la hormiga:  – Amiga hormiga, por favor, ¿puedes darme algo de alim...

El pájaro víctima de la bondad. Para leer

 Cuentos para leer I-A Una gaviota pasaba por el reino de Lu y quiso bajar hasta allí para curiosear. El marqués de Lu, que nunca había visto una gaviota por allí, se puso muy contento y mandó preparar un recibimiento por todo lo alto: con festejos, banquetes, música y bailes.  La gaviota sin embargo, estaba cada vez más aturdida. El marqués solo le ofrecía platos de carne. Mandaba sacrificar a sus mejores reses para ella…  Al cabo de tres días, la gaviota murió. El marqués había agasajado a la gaviota como a él le hubiera gustado ser agasajado y recibido y no tuvo en cuenta los gustos de su invitada. Reflexiones. En esta fábula, el marqués de Lu no se dio cuenta de que las gaviotas comen pescado y no carne y que los pájaros se asustan y quedan muy aturdidos con la música y el baile… no se dio cuenta porque no se le ocurrió pararse a pensar qué necesitaba la gaviota. Esta historia nos invita a reflexionar sobre el problema de la falta de empatía. El marqués de Lu no lo hi...

El león va a la guerra. Para leer

 Cuentos para leer I-A. Estaba el león, el rey de la selva, preocupado: otros animales de una zona limítrofe, les acababa de declarar la guerra. Sin embargo, el león, un fabuloso líder entre el resto de animales, tenía un plan, y reunió a todos sus súbditos: – ¡Amigos! Un rey vecino nos acaba de declarar la guerra. Está bien, nos defenderemos. Pero no os preocupéis, porque entre todos formaremos el mejor ejército. El león, pidió ayuda a su consejero, el mono. Entre los dos, comenzaron a organizar a todos los animales para formar un poderoso ejército. Y así, fueron llamando a cada animal para explicarle cuál sería su misión según las cualidades y habilidades que tenía. – Elefante, ven aquí- dijo el león- Tú eres muy fuerte, y serás muy útil para llevar todas las municiones. Piedras, troncos de árboles. ¡Vendrá fenomenal tu fuerza! – ¡Sí!- contestó el elefante- ¡Yo llevaré todo lo que haga falta! – Serpiente, tú serás la encargada de espiar al enemigo- le explicó el león-. Eres silen...