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Bóreas y el Sol. Para leer

 Cuentos para leer V-A.

Discutían el dios Bóreas y el Sol sobre sus poderes: 

– ¡Yo soy mucho más poderoso que tú. ¿Acaso no ves lo que puedo hacer cuando soplo con fuerza? ¡Levanto tsunamis, avivo incendios, destruyo ciudades enteras! – decía Bóreas con determinación. 

– Contemplo tu fuerza, amigo Bóreas, y sé de lo que eres capaz cuando te enfadas… pero deja que te diga que mi fuerza es mayor que la tuya. 

– ¡Demuéstramelo! 

– De acuerdo, no discutamos más. Aquel que consiga despojar de su ropa al primer caminante que encontremos, será el más poderoso. 

– ¡Eso es sencillo! - respondió el fanfarrón de Bóreas. 

Así, en cuanto vieron aparecer a un hombre, comenzó el reto. Bóreas fue el primero. Empezó a soplar y a soplar, y el ropaje del hombre empezó a levantarse. Pero entonces Bóreas quiso soplar más fuerte, pues estaba muy enfadado, y el hombre, como tenía frío, sacó una manta de su bolsa y se tapó aún más. 

Bóreas sopló y sopló pero el hombre cada vez agarraba su manta con más las fuerza y entonces Bóreas ante la imposibilidad de despojarle de la ropa, se dio por vencido. 

– Ahora es tu turno- le dijo al Sol. 

El Sol entonces comenzó a alumbrar con un poco más de intensidad. El hombre sintió calor y se quitó la manta. Poco a poco, el Sol fue aumentando su fuerza de forma gradual. El hombre entonces ya no aguantó más y se quitó la ropa para lanzarse al río y refrescarse un poco. 

Bóreas reconoció entonces que el Sol podía ser más poderoso sin necesidad de usar la fuerza. 

«Usa la persuasión antes que la fuerza, pues es mucho más efectiva y poderosa».


Reflexiones.

Esta fábula de Esopo nos viene a decir que es mucho más poderosa la persuasión que la imposición o la violencia. Con un simple gesto de astucia y paciencia se logra mucho más, que un impulso lleno de rabia. 

Tendemos a pensar que para imponernos es mejor usar la fuerza, pero es mucho más poderosa la persuasión y a la larga, se consiguen muchas más cosas. Claro, que para usar la persuasión, es indispensable no sentir enojo ni dejarnos llevar por los impulsos. La persuasión nace del razonamiento y del ingenio, no del impulso de la ira. 

No hay persuasión sin paciencia, mientras que Bóreas intentó hacerse con el triunfo con rapidez y se dejó llevar por la ira, el Sol sin embargo fue más inteligente. Usó la sutileza y la paciencia para perseverar y conseguir, aunque con un poco más de tiempo invertido, su objetivo. 

A veces las prisas nos llevan por mal camino, y los impulsos alocados también. La fuerza impone y no es bien recibida, mientras que la persuasión convence y es mejor acogida, ya que apenas nos damos cuenta de que alguien nos conduce a hacer lo que él quiere… 

¡Feliz día!

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