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El picnic de las tortugas. Para leer.

Cuentos para leer II-B.

Una familia de tortugas planeaba salir de picnic. Hacía un día maravilloso y la familia tortuga estaba muy contenta. Así que mamá tortuga, papá tortuga y sus dos hijos tortuga cargaron con todo lo necesario y se dirigieron, a su ritmo, hacia el parque.


Como eran tortugas, tardaron mucho en llegar. Y al cabo de una semana, llegaron hasta una preciosa colina.

– ¡Este lugar es precioso! - dijo mamá tortuga.

Y todos ayudaron a sacar las cosas de las cestas: colocaron un mantel y sobre él, los sándwiches y las bebidas. Pero entonces, mamá tortuga se dio cuenta de que habían olvidado el abrebotellas.

– ¡Oh, no! - dijo contrariada la mamá tortuga- ¡Olvidamos el abrebotellas! ¿Podrías ir a casa a por él? - le dijo entonces la mamá tortuga a su hijo mayor.

– ¡De eso nada! No iré, porque seguro que en el tiempo que estoy fuera, mi hermano se come mi sándwich.

– No, no lo hará– dijo su madre- Venga, confía en él, que nosotros te esperaremos.

Y ante la insistencia de la madre, el hermano mayor se fue a buscar el abrebotellas.

Pero el tiempo pasaba y el hermano mayor no regresaba. La familia tortuga cada vez tenía más hambre. Pasaron unos días y hasta una semana y nada.

– Mamá, tengo hambre- dijo entonces el hermano menor- ¿Puedo comerme los sándwiches?

– No, esperaremos un poco más– le dijo su madre.

Y pasaron unos cuantos días más, y el hermano mayor no regresaba…

– Mamá, tengo mucha hambre- insistió el hermano pequeño- ¿Puedo comerme los sándwiches?

– Bueno, está bien. Ya han pasado muchos días. Te doy permiso para comértelos.

Entonces, cuando el hermano pequeño estaba a punto de dar un primer bocado al sándwich, salió el hermano mayor de detrás de un árbol y dijo:

– ¿Lo ves? ¡Te dije que se iba a comer los sándwiches!.



Reflexiones.
Los valores que transmite esta fábula moderna son:
  • El valor de la confianza en los demás es necesaria para vivir en paz con uno mismo.
  • Los celos crean desconfianza y ésta a su vez, turbación.
  • La generosidad nos ayuda a evitar los celos.
También podemos reflexionar acerca de:

– Si confías en los demás, te devolverán con creces esa misma confianza: Para ganarte la confianza y entrega de alguien, debes confiar en él. Si tú depositas tu confianza plena en alguien, no te defraudará. Sí, hay excepciones (no todo el mundo tiene ética, lo sabemos), pero en la mayoría de los casos, sucede así. ¿La razón? Nadie se siente capaz de tratar mal a una persona que le trata bien. Podríamos decir algo así como: ‘Cada uno da lo que recibe y luego recibe lo que da’.

– Los celos nos hacen ser desconfiados: Está claro que el hermano mayor de esta fábula siente celos hacia su hermano pequeño. Los celos hacen que nos sintamos mal, que desconfiemos de la otra persona y, sobre todo, nos obligan a estar comparándonos siempre y vigilando al otro, en lugar de centrarnos en nosotros mismos. 

– Para no ser celoso, sé generoso: Podríamos decir que la generosidad es la antítesis de los celos. Y por supuesto, la confianza en los demás ayuda mucho. Las guerras, tanto externas como internas, del ser humano, están relacionadas con la falta de confianza en los demás. Si en lugar de desear constantemente lo que tiene el otro, nos centráramos en aprovechar lo que tenemos, seguramente seríamos más felices y no sentiríamos la necesidad constante de compararnos con los demás. Muchas veces, tanto los celos como la desconfianza no son más que un reflejo de lo poco que nos queremos a nosotros mismos.

Los celos nos hacen ser desconfiados y si desconfías constantemente de los demás no conseguirás disfrutar de nada de lo que hagas.

¡Feliz día!





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