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Barba azul. Para leer.

Cuentos para leer VI-B.

Hace mucho tiempo, vivía en una comarca un hombre muy rico pero muy extraño. Vivía en un castillo y era alto, corpulento y con una larguísima barba tan oscura, que parecía azul.

Todos le llamaban ‘Barba azul’, y le temían cada vez que se presentaba en algún lugar por su imponente presencia. Además, escondía un extraño misterio: Barba azul se había casado muchas veces, y siempre enviudaba. Sus mujeres desaparecían sin más. Nadie había conseguido averiguar por qué se quedaba viudo tan pronto después de casarse.

Barba azul buscaba una nueva esposa, y preguntó a su vecina, quien tenía tres hijas y dos hijos. La hija menor sintió curiosidad por la historia de Barba azul, y, atraída por su riqueza, accedió a casarse con él.

– Ten muchísimo cuidado- le dijo su madre el día de su boda- Y no dudes en avisarnos si estás en peligro. Tus hermanos vienen de viaje y no han podido llegar a tiempo para la boda, pero estarán aquí en dos semanas y te harán una visita.

La joven estaba realmente impresionada: el castillo era aún más grande y lujoso de lo que imaginaba. Tenía muchísimas habitaciones, y en todas ellas se amontonaban objetos de mucho valor. En verdad era muy rico su marido. Sin embargo, él era bastante severo y autoritario con ella.

Un día, después de dos semanas tras la boda, Barba azul dijo a su mujer que debía hacer un viaje.


– Tengo que irme por asuntos de negocios unos días- le dijo a su mujer- Pero volveré pronto. Hasta entonces, te quedarás sola en el castillo. Puedes entrar en todas las habitaciones menos en una, la que está arriba del todo, en la torre del ala oeste.

– ¿Y por qué no puedo entrar allí? - preguntó llena de curiosidad la joven.

– ¡No hagas preguntas! - dijo Barba azul muy enfadado- No puedes entrar, y punto. ¡Es una orden! 

Barba azul le dio a la mujer todas las llaves de la casa, incluida la llave de aquella habitación misteriosa a la que no debía entrar. Él se subió a su caballo y se alejó. Y la joven, muerta de curiosidad, subió corriendo hasta la torre oeste. Aquella habitación… ¿qué escondería? ¿Por qué le habían prohibido entrar allí?

Después de pensar un rato qué hacer, al final decidió abrir la puerta misteriosa…. Al abrir, descubrió un cuarto oscuro, con muchos objetos y retratos en la pared, pero como no podía ver nada, se acercó hasta la ventana y apartó la pesada cortina opaca que la cubría. Entonces, lo descubrió todo: las paredes estaban cubiertas con los retratos de todas sus mujeres, aquellas que habían desaparecido sin dejar rastro.

Sobre el suelo se amontonaban cajas con objetos y vestidos de las mujeres, y entre todo esto, ¡alguna calavera! 

– ¡Oh! ¡Qué horror! – gritó entonces la muchacha- ¡Barba azul mató a todas sus mujeres!

Y según decía esto, de pronto vio en el marco de la puerta la figura de su marido, quién resoplaba enfurecido con un cuchillo en la mano.

– ¡Lo sabía! ¡Me has traicionado! ¡Sabía que me ibas a desobedecer! Ahora, debes morir como el resto de mis mujeres ingratas…

– ¡No me mates! No hice nada malo… – Y diciendo esto, la muchacha, consciente del peligro que corría, logró salir de la habitación con gran agilidad, y subir las últimas escaleras de la torre. Desde allí, vio la figura de dos caballeros que se acercaban. ¡Eran sus hermanos!

– ¡Hermanos! ¡Corred! ¡Estoy en peligro! - les gritó desde la torre. Su marido acababa de llegar y la agarró por la muñeca con fuerza.

– ¡No irás a ningún lado! ¡Nadie podrá salvarte! - gritó él.

Pero los hermanos de la muchacha eran muy rápidos, y alertados por sus gritos, subieron a grandes zancadas las escaleras de la torre. Y allí se enfrentaron con sus espadas al temible Barba Azul, al que consiguieron vencer por fin.

La muchacha fue liberada y al quedar viuda, heredó toda la riqueza de Barba azul. Poco después, pudo casarse de nuevo y comenzar una vida muy feliz.

Reflexiones.

El cuento de ‘Barba azul’ nos hace pensar acerca de: 
  • El valor de la prudencia.
  • El valor de la obediencia.
  • El peligro de la curiosidad sin prudencia.
Este interesante relato nos recuerda la importancia de la prudencia, la necesidad de no dejarnos llevar a veces por la curiosidad y por supuesto, el necesario castigo a los que obran mal y de forma injusta.

Barba azul al descubrir que le habían desobedecido, busca un castigo, pero este castigo no es justo, es más bien desproporcionado, movido por el odio y la maldad. Por eso, el final del cuento no termina con un castigo a la desobediencia de la muchacha, sino con un castigo a la maldad de Barba Azul, ya que había matado a todas sus mujeres. El castigo a Barba Azul contribuye a restablecer la justicia.

¡Feliz día!

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