Cuentos narrados I-B.
Con este cuento de Hans Christian Andersen, podrás reflexionar acerca de: la verdad, la sinceridad y la confianza en uno mismo:
- Confía en ti y no hagas caso a lo que dicen los demás: Confía más en ti y en tu verdad y no tomes como verdad indiscutible la de los demás.
- La sinceridad desenmascara a la realidad: El único capaz de decir la verdad fue un niño, al único al que le daba lo mismo que todos pensaran que era tonto. El único capaz de decir las cosas tal cual se ven. Los niños a veces nos dan grandes lecciones, ya que aún no sienten la presión de la opinión de los demás. No dudan en ser auténticos y en ser ellos mismos.
- Utiliza la prudencia y no te fíes de todos. La ingenuidad del emperador en creer aquello vino porque la codicia por poseer ese traje le cegó por completo y anuló su sentido de la prudencia. El deseo es traicionero, ya que nubla la razón. Por eso, cuando sientas que te dominan las emociones, espera un rato y vuelve a pensar.
- Lo que dicen los demás no tiene por qué ser la verdad: Porque tal vez todos estén equivocados. Cuesta creer que tantas personas se equivoquen, pero ya ves que es posible. La verdad no es necesariamente la opinión mayoritaria.