Cuentos para leer I-A.
Era verano y hacía calor. Una cigarra descansaba plácidamente bajo la sombra de un arbusto, mientras observaba a la hormiga trabajar sin descanso. La pobre hormiga iba y venía del campo a su hormiguero, llevando encima pesados granos de trigo, mientras que la cigarra canturreaba sin parar.
– Ven a descansar conmigo, hormiga, que hace calor. ¿Para qué trabajas tanto? - le recriminó la cigarra.
– Necesito guardar mucho alimento para el invierno– contestó entonces la hormiga-. Cuando comience a helar, no quedará nada.
– ¡Aún falta mucho! Yo prefiero disfrutar de la vida y del momento- contestó orgullosa la cigarra.
– Deberías recoger comida como yo lo hago, cigarra. Y si no, luego te lamentarás.
El tiempo pasó deprisa y llegó el otoño, y con él, las primeras heladas. El invierno no tardó en llegar también y la cigarra, que se había quedado sin comida, fue a visitar a la hormiga:
– Amiga hormiga, por favor, ¿puedes darme algo de alimento? No tengo nada para comer…
La hormiga la miró enfadada:
– Ya te avisé y no me hiciste caso. En lugar de descansar tanto tendrías que haber pensado en este momento. Ahora tendrás que buscarte la comida en otra parte.
Y entonces echó a la cigarra de su casa.
Reflexiones.
Esta fábula corta de Esopo se centra sobre todo en recordarnos lo importante que es pensar en el día de mañana y no solo centrarse en disfrutar en la ociosidad del presente. La laboriosa hormiga se esforzó y trabajó para asegurarse el alimento en invierno, mientras que la perezosa cigarra no quiso trabajar y luego se topó con un gran problema.
En cuanto a las reflexiones de esta fábula, podemos decir que no hay que dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy. La cigarra pensaba en descansar y en que el invierno aún estaba lejos. Es el clásico: ‘ya lo haré’, ’mañana empiezo’, pero ese mañana no llega nunca y nos encontramos con un gran problema cuando llega la necesidad.
Recordemos el importante valor de prevenir La prudencia viene a ser como el miedo que nos alerta de que puede llegar algo malo. Ese miedo es necesario y puede salvarnos de algún problema. Es lo que la hormiga sentía ante la llegada del frío, aunque estuviera lejos. La cigarra, totalmente distraída y sin ningún miedo al futuro, prefirió vivir feliz y plácida hasta que se topó con la realidad y el gran problema, que le pilló desprevenida.
En esta fábula también llama la atención la reacción de la hormiga cuando la cigarra le pide ayuda, la poca solidaridad de esta. Es cierto que la cigarra se labró su propio destino, pero en las manos de la hormiga estaba el ser generosa y salvar la vida de la cigarra. Sin duda, este gesto también parece una crítica a aquellos que tienen y no quieren compartir alegando que ‘ellos se lo buscaron’.
‘Si solo piensas en el presente y no te adelantas al futuro, luego tendrás problemas y lo lamentarás’.
¡Feliz día!