Cuentos narrados III-A
Esta estupenda fábula de Khalil Gibran nos recuerda la facilidad que tenemos siempre de ver defectos en los demás, sin ser capaces, otras muchas veces, de verlos en nosotros mismos.
¡Cómo nos gusta criticar! es cierto… vemos antes los defectos en otros que en nosotros mismos. Para evitarlo, debemos pensar con humildad y, sobre todo, utilizar más , el necesario valor de la empatía.