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El sabio y la serpiente. Para leer

 Cuentos para leer I-A.

Cuentan que una serpiente vivía en la cueva de una montaña, en una zona de la India y tenía atemorizada a toda una población, ya que no dudaba en morder a todo el que pasaba por allí. 

Pero la serpiente comenzó a quedarse muy sola, ya que ninguna persona quería acercarse a esa cueva. Así que un día decidió pedir consejo a un sabio que vivía cerca de allí. 

– Necesito consejo- dijo la serpiente. 

– ¿Qué sucede? - respondió el sabio. 

– Nadie viene a verme, porque hasta ahora, todo el que se acercaba recibía un mordisco envenenado y ahora todos me tienen miedo… 

– Normal que te tengan miedo si no haces otra cosa que atacarlos- contestó el sabio- Lo que debes hacer es dejar de morderles. 

– De acuerdo- dijo entonces la serpiente- No les morderé más. 

Al cabo de unos días, el sabio se acercó a la cueva para ver qué tal le había ido a la serpiente, y la encontró magullada y dolorida, temblando de miedo y llena de golpes. 

– Pero serpiente, ¿qué te ha pasado? -preguntó algo preocupado el sabio. 

– Hice lo que me dijiste- contestó la serpiente- Y como ya no mordía, todos se pusieron a pegarme. 

– Pero… no entendiste bien- dijo el sabio- Yo te dije que no les mordieras, no que no les enseñaras los colmillos y silbaras. 


Reflexiones.

Esta historia corta puede ayudarnos a reflexionar sobre la baja autoestima, sobre aquellos que son más agresivos por miedo, que atacan sin pensar y que son incapaces de defenderse de los ataques de otros. También nos hace reflexionar sobre el respeto y la confianza en sí mismo.

El sabio le da un consejo a la serpiente y el dice: Atacar no, defenderse sí, pero ésta no le entiende bien y piensa que debe permanecer quieta y sumisa ante los humanos. Sin embargo, una cosa es atacar de forma constante y sin razón alguna y otra bien distinta es dejar claro a los demás que no dudarás en defenderte si te atacan. 

Para que el resto no se aproveche de ti, debes dejar claro que no lo consentirás. Para que los demás no se aprovechen de una persona, ésta debe ser capaz de ganarse el respeto de los demás. Es cuestión de confianza en uno mismo. Si demuestras confianza y una personalidad fuerte, los demás no intentarán hacerte daño, por eso es necesario ganarse el respeto de los demás. 

A veces tendemos a pensar que el que ataca es por prepotencia y exceso de confianza. Muchas veces aquel que ataca es por todo lo contrario: un problema de confianza en sí mismo y un miedo atroz a que sus debilidades queden al descubierto. 

‘No ataques al resto, pero gánate el respeto de los demás y defiéndete si es necesario’.

¡Feliz día!

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