Cuentos narrados III-A
La vida nos lleva a correr, a llenar nuestros minutos sin descanso, a querer dar más incluso de lo que podemos. El estrés nos agota, nos hace daño. Y esta fantástica metáfora es ideal para pararnos a pensar en ello.
El estrés no es malo si dura un instante. Empieza a dañar cuando pesa. La comparación del tiempo nos ayuda a darnos cuenta de que el estrés en sí no es malo, sino que en realidad nos daña por la cantidad de tiempo que tenemos que aguantarlo. De hecho, el estrés puede ser ‘activador’ en un primer momento. El problema llega cuando se convierte en una carga.