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Los tres filtros de Sócrates. Para leer.

Cuentos para leer III-B.

Cuentan que Sócrates un día recibió la visita de un hombre. Llegaba algo alterado y le dijo:
– Necesito darte una información sobre uno de tus amigos.
Pero Sócrates le contestó:
– ¿Y ha pasado esa información ya por los tres filtros?
– ¿Tres filtros? – repitió el hombre- No sé de qué me hablas… ¿de qué filtros se trata?
– Toda información debe pasar por tres filtros antes de compartirla con el resto- le explicó el filósofo- 


El primer filtro es el de la VERDAD. ¿Estás totalmente seguro de que eso que vas a decirme es verdadero?
– Bueno, en realidad lo oí de otra persona. Yo supongo que no mentirá…
– Vaya- dijo Sócrates- No sabes por tanto si es o no es verdad… 
Vayamos al segundo filtro, el filtro de la UTILIDAD. ¿Eso que me vas a contar sirve para algo?
– No sé, Sócrates- dijo él- Supongo que es solo una opinión…
– Y por lo tanto no es práctico… no pasa el segundo filtro. Igual pasa el tercero. 
El tercer filtro es el de la BONDAD. ¿Eso que me vas a decir le hace bien a esa persona?
– Uy, no, todo lo contrario… es más bien algo malo.
– Entonces, si eso que me quieres decir tal vez sea mentira, no sirve para nada y además hace daño a la persona en cuestión… es mejor que no me lo digas y lo guardes solo para ti. 
  
Reflexiones.

Con esta historia de ‘Los tres filtros de Sócrates’, podemos pensar acerca de:A veces compartimos información que no sirve para nada… son solamente chismes, rumores, cotilleos, que no benefician a nadie.
Debemos de filtrar la información que vamos a dar de otra persona antes de compartirla con el resto. Antes de contar algo, piénsatelo al menos tres veces. No una ni dos, sino tres.

Esta es una historia que nos ayuda a reflexionar sobre las cosas que decimos de los demás. Sócrates nos advierte: no toda la información que se cuenta de los demás es válida. Mucha sólo es cotilleo, chismes, sin fundamento ni veracidad… Los tres filtros de los que habla Sócrates son: la verdad, la utilidad y la bondad. Hay personas que aceptan los dos primeros filtros, pero no entienden por qué deben pasar una información por el filtro de la bondad.

El polémico filtro de la bondad: Es cierto que cuesta entender esto: ‘si la información que voy a dar es verdad y además útil… ¿por qué no voy a darla, aunque haga daño a esa persona?’. Es el filtro más complejo, sí, pero en él, precisamente en él, radica la ética y el buen corazón de la persona que da la información. Puedes estar o no estar de acuerdo. Pero al menos te ayudará a recapacitar sobre la información que quieres y estás dispuesto a compartir con los demás. 

Recuerda: que sea veraz, útil y no haga un daño irreparable en otro. Te ahorrarás un problema, una situación ‘bochornosa’ o una angustia inmensa.

¡Feliz día!

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