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El león y el toro. Para leer

 Cuentos para leer II-A.

Pensó el león en capturar a un toro para darse un gran festín. Pero, ¿cómo hacerlo, con lo grande y fuerte que era? 

– Usaré el ingenio- se dijo el león. 

Así que preparó una enorme fuente y un gran asador y fue a buscar al toro. En cuanto el corpulento animal estuviera cerca del asador, ¡zas! ¡Se lanzaría a por él!. El león lo tenía todo preparado… 

– Amigo toro, he cazado un carnero muy grande y he pensado en compartirlo contigo. Ya está todo listo, así que solo tendrás que acompañarme. ¿Qué me dices? 

El toro, un tanto extrañado, pensó sin embargo que no podía rechazar algo así, así que siguió al león hasta su guarida, pero al asomarse a la puerta, y ver las enormes fuentes y el asador sin el carnero, salió corriendo. 

– Pero toro, ¿por qué te vas así, sin acompañarme en el banquete? - gritó el león. 

– Porque todos los preparativos que has hecho no son para el cuerpo de un carnero, sino para el de un toro- respondió ya desde muy lejos el toro.

«Observa muy bien siempre lo que tienes alrededor, y así estarás bien protegido de los peligros».

Reflexiones.

Con esta fábula corta de Esopo, ‘El león y el toro’, podrás reflexionar sobre: 
  • La astucia. 
  • Cómo los despistes pueden arruinar un plan. 
  • La prudencia basada en la observación. 
Está claro que la mejor defensa ante el peligro es la prudencia, y más aún si ésta se basa en la observación. Ya lo hemos visto en esta fábula, que no hay nada como observar bien nuestro alrededor, para localizar todos los posibles peligros que nos acechan.

Mira muy bien lo que tienes a tu alrededor. Lo que salvó al toro en esta fábula, fue precisamente su prudencia al observar muy bien la guarida del león. Fue entonces cuando se dio cuenta de que, las bandejas eran mucho más grandes de lo esperado e imaginado para el cuerpo de un carnero, y ‘ató cabos’ de forma inmediata. 

Esta observación le llevó a deducir que el león quería tenderle una trampa. Si en lugar de eso, hubiera pasado a su guarida con total confianza, sin mirar lo que tenía en león en la mesa, tal vez el final hubiera terminado en tragedia. 

Si trazas un plan, piensa en todos los detalles. Desde luego, el plan del león era muy bueno. Había pensado de forma muy inteligente, que solo podría vencer al toro con astucia, y no con la fuerza. Así que, en un principio, la idea no estaba nada mal. El problema fue la ejecución. No tuvo en cuenta algunos detalles, como el ‘esconder’ sus intenciones de forma que el toro no se diera cuenta de lo que pretendía. Al poner sobre la mesa las bandejas del tamaño del toro, éste enseguida sospechó de lo que pretendía en realidad el león. Un ‘despiste’ que truncó los planes del rey de la selva.

Ante el ingenio de muchos con malas intenciones, ten muy en cuenta la prudencia y la desconfianza. La prudencia es nuestro mejor escudo ante los peligros, las mentiras y las malas intenciones de otros. Y por supuesto, la desconfianza hacia los desconocidos o las proposiciones y las ‘invitaciones’ ‘demasiado buenas’. Más aún si vienen de un ‘enemigo’. 

En este caso, el toro sabe que el león puede ser su enemigo, sabe que es un depredador y un gran cazador. Esto le lleva a desconfiar de su propuesta. ¿Por qué tanto interés en compartir una presa con él? Y esta desconfianza es la que finalmente salva al toro del final que el león había preparado para él.

Observa muy bien siempre lo que tienes alrededor, y así estarás bien protegido de los peligros»

¡Feliz día!

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