Ir al contenido principal

Los patos y la tortuga. Para leer

 Cuentos para leer VIII-A.

En una pequeña laguna vivían dos patos y una tortuga. Se llevaban muy bien y compartían sin problemas aquel lugar. Poco a poco, se hicieron grandes amigos. Pero llegó un terrible año de sequía, y la pequeña laguna se fue secando, hasta que solo quedó un pequeño charquito en el centro del lago.

Los patos, en algunos de sus vuelos, habían visto que cerca había otro lago que sí tenía agua, y se lo contaron a la tortuga:

– Eh, amiga tortuga, hemos visto cerca un lago precioso con mucha agua. Los dos iremos a vivir allí.

– Oh- dijo entonces la tortuga- ¡Que suerte tenéis que podéis volar! Yo no puedo ir de ninguna forma, porque está lejos y tardaría muchísimo, seguramente me perdería por el camino…

Y diciendo esto, la tortuga se fue despacito hasta el pequeño charco de agua que aún quedaba en el lago, y se quedó allí, quieta y muy triste. Y a los patos, se les encogió el corazón.

Pero a los patos entonces se les ocurrió una gran idea:

– ¡Espera, amiga tortuga! Tenemos una idea: cada uno de nosotros sujetará por un extremo un palo. Tú debes sujetarte con la boca al palo en el centro, apretando muy bien los dientes. Lo único es que no podrás abrir la boca en todo el recorrido, porque si no, te caerás.

– ¡Pero eso es fantástico! - dijo entusiasmada la tortuga- ¡Muchísimas gracias! Y claro que no abriré la boca… eso no será ningún problema.

Y los patos buscaron un palo grande y fuerte para poder poner en práctica su plan y llevar a su amiga hasta el lago con ellos.

Al fin encontraron un palo perfecto, y la tortuga se agarró en la mitad, apretando la boca mucho, tal y como le pidieron los patos. Al comenzar el vuelo, la tortuga comenzó a admirar todo lo que podía ver desde arriba: las casas parecían muy pequeñas, los árboles, diminutos. ¡Todo era precioso! Y comenzó a sentirse importante. De hecho… ¡era la única tortuga voladora!

Entonces, al ver a lo lejos a otras tortugas, no pudo resistirse a decir…

– Mirad como vuelo… soy la reinaaaa …

La tortuga al intentar presumir delante del resto, soltó el palo, y comenzó a caer, con la gran suerte de aterrizar en el lago, y llevarse solo como recuerdo un buen golpe y un gran susto, del que eso sí, tardó mucho tiempo en recuperarse.

‘La vanidad a veces nos hace cometer actos imprudentes’.

Reflexiones.

Los valores que transmite esta fábula son:
  • El valor de la solidaridad.
  • Por qué debemos evitar la vanidad.
  • La importancia de obedecer ciertas normas.
  • El valor que frena la vanidad es la humildad.
  • La gratitud como valor esencial hacia quienes nos ayudan.
La vanidad a veces nos hace cometer actos imprudentes y olvidar consejos muy importantes. Cuidado con la vanidad porque te hace perder la razón, la razón y la memoria… porque la vanidad anuló en la tortuga la sensatez y por un momento olvidó lo importante que era el consejo que los patos le habían dado. Es obvio que, si te agarras a un palo y te sueltas, te caerás, pero la vanidad es capaz de anular el sentido de la prudencia y cegarnos de tal forma que no caigamos en la cuenta del peligro al que nos enfrentamos. Si la tortuga hubiera sido un poco humilde, no hubiera sentido la necesidad de jactarse delante de todos acerca de lo bien que se sentía volando.

Hay que destacar en esta fábula, la solidaridad de los patos con su amiga tortuga. Los patos podían haber abandonado a la tortuga a su suerte. Las tortugas no vuelan, así que, podían pensar sin más, que no podían hacer nada por ella. Pero la empatía hizo que sintieran mucha lástima por su amiga, y buscaron rápidamente una solución para ayudarla. Los patos fueron generosos y solidarios con su amiga tortuga y demostraron su amistad de la mejor forma posible. Al fin y al cabo, los amigos están siempre ahí cuando se les necesita.

La tortuga estará agradecida a sus amigo s. Después de recuperarse del susto, la tortuga tiene el deber de agradecer a sus amigos el haberla llevado hasta el lago. Seguramente con este acto le salvaron la vida. 

Debemos recordar siempre que la vanidad nos hace perder la razón y la gratitud es un valor indispensable. Debemos agradecer siempre los actos generosos y solidarios.

¡Feliz día!

ENTRADAS POPULARES

El sufrimiento. Para leer

Cuentos para leer IV. Una mujer viuda tenía un hijo al que adoraba. Era feliz, hasta que su hijo enfermó y murió. El dolor la atravesó entonces de parte a parte. Y, como era incapaz de separarse de su hijo, en lugar de enterrarlo, lo llevaba con ella a todas partes, ante la inquieta mirada de sus vecinos, que la miraban con una mezcla de lástima y extrañeza. – Se ha vuelto loca- decían muchos… Un día, la mujer se enteró de que el gran Maestro estaba cerca, en el bosque, y decidió acudir allí con su hijo a cuestas. – Por favor, Maestro- dijo entre sollozos la mujer- Devuelve la vida a mi hijo. El Maestro la miró compasivo y dijo: – Le devolveré la vida si consigues traer un grano de arroz, de una vivienda en donde no haya muerto nadie. La mujer se fue deprisa al pueblo y fue llamando casa por casa en busca de ese grano de arroz. Pero, para su sorpresa, todas las familias recordaban a algún fallecido. – Murió mi tío… – Hace poco que murió mi padre… Ya de noche, la mujer volvió al bosque

Cuentos narrados I

Presentación interactiva. Esta es una presentación interactiva realizada con Genially en la que podrás encontrar una selección de ocho cuentos narrados, si los escuchas tranquilamente te harán pensar y reflexionar.

Cuentos para leer I

En formato pdf. Pulsa en la imagen para leer los cuentos y relatos cortos que se indican.